El artículo de Isabel Tejerina Lobo es un comentario de una obra titulada “Los
cien libros del siglo XX”, se trata de una recopilación de los 100 libros más
interesantes e importantes de la literatura infantil y juvenil de este siglo
pasado. En un primer momento, Tejerina nos explica que es un canon. En este
sentido, es fácil definir “canon literario” como una selección de los mejores
escritores siguiendo un criterio. El problema estriba en qué criterio seguir. Muchas
dudas surgen al respecto: ¿quién elige las obras?, ¿cómo se aplican los criterios
de selección?, ¿cuándo caducará ese canon? Si utilizamos el criterio de la
estética de la obra se está dejando la selección a una consideración subjetiva
de cada lector.
Si nos
centramos en el canon literario escolar la cosa se complica. Las lecturas
seleccionadas para trabajar en la escuela deben favorecer la lectura en los
alumnos y alumnas. Hoy en día, las posturas más radicales proponen que sean los
propios niños y niñas los que elijan y reseñen los libros que los adultos
escriben para ellos. Sin embargo, las tesis y ensayos al respecto sostienen que
es mejor seguir a la vez diferentes criterios de selección. Esto es lo que
parece proponer el libro del que nos habla Isabel Tejerina. No existe un único
canon literario infantil y juvenil, pero sí hay muchas guías y selecciones
hechas al respecto. “Los cien libros del siglo XX” es una más que se basa en
elegir un libro por año, comenzando en 1901 y acabando en el 2000. Entre estos
cien libros encontramos una selección de autores de más de 20 nacionalidades
diferentes, siendo España la que más representantes tiene, seguida de Gran
Bretaña. Tejerina no sabe que criterio se ha seguido para esta selección y se
plantea si es posible que se hayan querido exaltar a los autores españoles
frente a los extranjeros (ya que la obra pertenece al equipo Peonza). Y esta no
es la única duda que le surge a la autora del artículo. El principal problema es
que no hay, en el prólogo, una explicación sobre la concepción general del
libro en la cual se hable de los criterios de selección utilizados. Esta carencia
hace que a Tejerina le surjan otras dudas, como la ausencia de obras muy
importantes del siglo XX. En este sentido, ella hace un estudio y reflexión de
la obra “Los cien libros del siglo XX”. Nombra diferentes obras (como Harry Potter o Manolito Gafotas) y trata de explicar porqué estas no han sido incluidas.
También hace una comparativa entre los géneros de los autores, y nos damos
cuenta de que las mujeres representan a una cuarta parte del total. Todo esto
puede deberse al criterio de selección: la obra más significativa de cada año. De
esta manera, ocurrirá que hay años con muchas obras de interés relevante y
otros donde la publicación de textos de literatura infantil y juvenil no haya
sido tanta. Sin embargo, se ha intentado solventar todo esto con pequeñas
reseñas en los márgenes del libro sobre otras obras importantes de ese año.
A pesar
de todo, este libro de “los cien libros del siglo XX” se trata más de un
intento de abarcar los últimos cien años de literatura infantil y juvenil que
de ser un canon literario propiamente dicho. A través de los comentarios sobre
las cien obras seleccionadas, Isabel Tejerina nos asegura que se trata tanto de
una buena guía de consulta como de una lectura gozosa en sí misma. Se trata
pues, de una recopilación a tener en cuenta, sobre todo nosotros los maestros, pues
nos ayudará a elegir obras que realmente puedan llegar a hacer disfrutar a
nuestros alumnos y alumnas.
Si quieres consultar el artículo de Isabel Tejerina visita el siguiente enlace: