Hoy ha surgido en nuestra clase de castellano una debate sobre un tema que no era la primera vez que aparecía: la enseñanza de la ortografía en la escuela.
Muchos maestros optan por enseñar las normas ortográficas pertinentes y hacer unas cuantas actividades a lo largo del curso donde los alumnos tengan que escribir una serie de palabras respetando esas normas. Esta opción es fácil de seguir, a todos nosotros nos han enseñado así y por lo tanto lo tenemos integrado como un método de enseñanza. Sin embargo, las más modernas metodologías nos hablan de la "conciencia ortográfica", y de que esta se adquiere desde el inicio del aprendizaje lectoescritor y dura, podemos decir, toda la vida.
Para llevar esta idea a las aulas se propone no enseñar las reglas ortográficas expresamente. Pero, ¿cómo podemos hacerlo entonces? ¿Cómo conseguimos que nuestros alumnos escriban bien? Seguro que si investigamos un poco encontramos distintos métodos para enseñar la ortografía de manera indirecta. Está claro que llegará un momento en el que tendremos que enseñar a nuestros alumnos cuales son, por ejemplo, las normas de acentuación; pero esto no quiere decir que tengamos que ponerles después actividades donde ellos deben poner la tilde donde corresponda. ¿No llevan ya años escribiendo las palabras acentuadas sin saber por qué? Esto indica que el aprendizaje de la acentuación comenzo hace tiempo, cuando empezaron a escribir con tilde "papá" y "mamá".
Una manera muy útil de que los alumnos vayan integrando la necesidad de expresarse correctamente por escrito (sin faltas) puede ser hacerles releer sus textos corregido para que posteriormente los reescriban correctamente. Puede parecernos poco útil, pero la verdad es que es por ahí donde debemos empezar. También es verdad que puede parecer una tarea tediosa para los alumnos; pero es la mejor manera de que se vayan dando cuenta de que, para que la comunicación sea eficaz, el texto debe someterse a unas normas ortográficas.
Esto no quiere decir que debamos olvidarnos de las reglas, será necesario que, llegado el momento, los alumnos conozcan algunas de ellas (por lo menos las más importantes). Podemos exponerlas en clase, explicarlas, hacer un esquema, colgar carteles...
En definitiva, si el maestro quiere y tiene interés podrá conseguir que sus alumnos vayan adquieriendo poco a poco esa conciencia ortográfica tan importante para garantizar la comunicación, sin necesidad de recurrir a actividades aburridas y que, al final, tampoco sirven de mucho.
Os pongo un ejemplo de cartel sobre los signos de puntuación muy divertido que puede colgarse en cualquier aula.
Un saludo maestros.
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