miércoles, 16 de octubre de 2013

Desde Las Nubes: otra perspectiva

 
Cuando Azorín escribió el texto de “Las nubes” (1912), no estaba pensando realmente en la historia original de Calisto y Melibea. Por supuesto que él había leído la Celestina y conocía bien esta historia. Cuando escribió este texto, probablemente se acordaría como la relación de estos amantes no fue tan bien ni tan idílica desde el primer momento. Pero la intención de Azorín no era contarnos o resumirnos lo que pasaba en la obra; más bien parece que quisiera darnos su visión del final de la historia. Quizás, cuando Azorín leyó por primera vez la Celestina, al llegar al final pensó “que lástima que estos jóvenes no hayan sabido aprovechar cada minuto que podrían haber pasado juntos, míralos. Si yo hubiera escrito esta obra hubiera hecho que acabara de otra manera…”. A más de un lector le habrá pasado, mientras leía un libro, que ha pensado que cierta parte o cierto acontecimiento no lo habrían incluido, pero sí hubiera incluido otros para darle un giro distinto a los acontecimientos.

Llegados a este punto, podemos entender un poco mejor lo que es este texto. No se trata simplemente de un escrito en el que Azorín quiso reflejar su estilo descriptivo, dándole importancia hasta al más mínimo detalle y describiendo a la perfección el escenario de la obra. No, él quiso dejarnos algo más; quiso que nos diéramos cuenta de que un libro ya escrito puede darnos la posibilidad, no solo de leerlo, sino de reinventarlo. Puede parecer bastante arriesgado, hay que estar un poco loco para coger un extracto de la Celestina y cambiarlo completamente; es casi una declaración de que el libro en sí no te gusta. Pero no es así, que no estemos acostumbrados a verlo o leerlo no significa que sea algo malo o que le quite valor al original; todo lo contrario, Azorín está haciendo un homenaje a la obra. Debemos mirar más allá de lo que el texto dice simplemente y pensar en los motivos que han llevado a un escritor a cambiar el argumento de una historia ya escrita con un final.

Y respecto al resto de mortales, ¿podemos nosotros hacer lo mismo con cualquier tipo de texto? Vamos a ver, no podemos coger un artículo científico y cambiarlo a nuestro gusto porque no sería algo ético, no estaríamos enseñando nada nuevo que tuviera una utilidad. Pero ya hemos dicho que muchos lectores piensan en las distintas posibilidades de las historias que leen si hubieran sido escritas por ellos mismos. Entonces, podemos decir que si un lector siente el impulso de escribir un texto en el que cambie el argumento de la historia que está leyendo, debemos animarlo. Puede ser que encuentre en sí mismo un escritor en potencia y que comience a escribir sus propias historias.

Habiendo reflexionado sobre todo esto, podemos decir que esta sería una buena actividad para desarrollar en una clase de Lengua. Y lo que es mejor, podemos hacerla con alumnos y alumnas de cualquier edad y que estén aprendiendo cualquier lengua. Podemos presentar previamente el texto de Azorín, o cualquier otro que se ajuste a las características de la clase (también puede crearlo el maestro o maestra). En la etapa de Primaria, puede ser que el texto de las Nubes sea un poco complejo para el Primer, e incluso Segundo Ciclo; pero esto no significa que no se pueda realizar una actividad como esta. Partiendo de cualquier texto apropiado a la edad del alumnado o de un libro que hayan leído, podemos pedirles que rescriban un fragmento contando como les gustaría a ellos que se hubiera desarrollado. Obviamente deberán seguir todos los pasos a la hora de escribir: elaboración de un borrador, revisión, reescritura y trabajo en limpio. De esta manera tenemos una actividad de escritura interesante para trabajar en el aula.

Podemos concluir diciendo que da igual cual sea la excusa, el caso es que los alumnos y alumnas escriban, que practiquen y desarrollen esta habilidad. A veces nos cuesta pensar y planificar actividades que sirvan para este fin, pero hemos encontrado, gracias a Azorin, una idea donde el alumnado podrá trabajar la escritura, además de otras habilidades como la imaginación, la creatividad, la comprensión lectora… Sólo debemos tener los ojos bien abiertos y aprovechar cualquier posibilidad y actividad que anime a los niños y niñas en este aprendizaje.

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