Cuando Azorín escribió el texto de “Las nubes”
(1912), no estaba pensando realmente en la historia original de Calisto y
Melibea. Por supuesto que él había leído la Celestina y conocía bien esta
historia. Cuando escribió este texto, probablemente se acordaría como la
relación de estos amantes no fue tan bien ni tan idílica desde el primer
momento. Pero la intención de Azorín no era contarnos o resumirnos lo que
pasaba en la obra; más bien parece que quisiera darnos su visión del final de
la historia. Quizás, cuando Azorín leyó por primera vez la Celestina, al llegar
al final pensó “que lástima que estos jóvenes no hayan sabido aprovechar cada
minuto que podrían haber pasado juntos, míralos. Si yo hubiera escrito esta
obra hubiera hecho que acabara de otra manera…”. A más de un lector le habrá
pasado, mientras leía un libro, que ha pensado que cierta parte o cierto
acontecimiento no lo habrían incluido, pero sí hubiera incluido otros para
darle un giro distinto a los acontecimientos.
Llegados a este punto, podemos entender un poco
mejor lo que es este texto. No se trata simplemente de un escrito en el que
Azorín quiso reflejar su estilo descriptivo, dándole importancia hasta al más
mínimo detalle y describiendo a la perfección el escenario de la obra. No, él
quiso dejarnos algo más; quiso que nos diéramos cuenta de que un libro ya
escrito puede darnos la posibilidad, no solo de leerlo, sino de reinventarlo.
Puede parecer bastante arriesgado, hay que estar un poco loco para coger un
extracto de la Celestina y cambiarlo completamente; es casi una declaración de
que el libro en sí no te gusta. Pero no es así, que no estemos acostumbrados a
verlo o leerlo no significa que sea algo malo o que le quite valor al original;
todo lo contrario, Azorín está haciendo un homenaje a la obra. Debemos mirar
más allá de lo que el texto dice simplemente y pensar en los motivos que han
llevado a un escritor a cambiar el argumento de una historia ya escrita con un
final.
Y respecto al resto de mortales, ¿podemos nosotros
hacer lo mismo con cualquier tipo de texto? Vamos a ver, no podemos coger un
artículo científico y cambiarlo a nuestro gusto porque no sería algo ético, no
estaríamos enseñando nada nuevo que tuviera una utilidad. Pero ya hemos dicho
que muchos lectores piensan en las distintas posibilidades de las historias que
leen si hubieran sido escritas por ellos mismos. Entonces, podemos decir que si
un lector siente el impulso de escribir un texto en el que cambie el argumento
de la historia que está leyendo, debemos animarlo. Puede ser que encuentre en
sí mismo un escritor en potencia y que comience a escribir sus propias
historias.
Habiendo reflexionado sobre todo esto, podemos decir
que esta sería una buena actividad para desarrollar en una clase de Lengua. Y
lo que es mejor, podemos hacerla con alumnos y alumnas de cualquier edad y que
estén aprendiendo cualquier lengua. Podemos presentar previamente el texto de
Azorín, o cualquier otro que se ajuste a las características de la clase
(también puede crearlo el maestro o maestra). En la etapa de Primaria, puede
ser que el texto de las Nubes sea un poco complejo para el Primer, e incluso
Segundo Ciclo; pero esto no significa que no se pueda realizar una actividad
como esta. Partiendo de cualquier texto apropiado a la edad del alumnado o de
un libro que hayan leído, podemos pedirles que rescriban un fragmento contando como les
gustaría a ellos que se hubiera desarrollado. Obviamente deberán seguir todos
los pasos a la hora de escribir: elaboración de un borrador, revisión,
reescritura y trabajo en limpio. De esta manera tenemos una actividad de
escritura interesante para trabajar en el aula.
Podemos concluir diciendo que da igual cual sea la
excusa, el caso es que los alumnos y alumnas escriban, que practiquen y
desarrollen esta habilidad. A veces nos cuesta pensar y planificar actividades que sirvan
para este fin, pero hemos encontrado, gracias a Azorin, una idea donde el
alumnado podrá trabajar la escritura, además de otras habilidades como la
imaginación, la creatividad, la comprensión lectora… Sólo debemos tener los
ojos bien abiertos y aprovechar cualquier posibilidad y actividad que anime a
los niños y niñas en este aprendizaje.
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