Azorín
reescribe el final de la obra La Celestina de Fernando de Rojas con el fin de
darle otro desenlace totalmente distinto, bastante contrario a la versión
original del libro. Durante el capítulo “Las nubes”, Calisto y Melibea no
fallecen, después de casarse tienen una
hija. En el escrito nos narra una situación de su vida cotidiana con numerosos
detalles.
La
cuestión que creo que se planteó Azorín cuando terminó de leer la Celestina, es
que seguramente no merecían ese final tan trágico. Probablemente después de
todo lo que han pasado se merecieran un mejor desenlace. Por eso él decidió
reescribir el final de la obra con su propio estilo y forma. Dando un bonito
final al libro. Seguramente a muchos de nosotros nos habría gustado retroceder
en la historia y cambiar los acontecimientos ocurridos de alguna obra que
hayamos leído.
En cuanto a la cuestión del texto, Azorín quiere expresarnos la idea del
eterno retorno. Para ello utiliza la metáfora de las nubes para expresar que
con el paso del tiempo todo cambia, pero las nubes siempre permanecen en el
cielo. Por descontado encontramos en el texto numerosos rasgos del estilo del
autor como numerosas descripciones del entorno o de los seres u objetos. Todas
van acompañadas de números adjetivos que proporcionan claridad y riqueza al
escrito haciéndolo muchas veces atractivo para el lector competente.
Volviendo al tema que me gustaría tratar en esta entrada del blog, Creo
que sería interesante tratar o realizar alguna actividad parecida en el aula.
De esta manera proporcionamos a los alumnos una situación comunicativa a la
cual han de responder mediante la escritura de un nuevo desenlace de una obra.
Así damos rienda suelta a su habilidad de la escritura, creatividad, imaginación, etc.
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